
Jesús es de los que se alegra porque Gendarmería volvió al barrio. Debe tener unos 40 y pico, usa una remera de River. Lo miro moverse por la canchita del barrio Los Pumitas y aplaudir el paso de las fuerzas de seguridad.
Jesús como casi todos por ahí, le huyen a la cámara, hay miedo a hablar públicamente. Saben que el poder narco está intacto por más gendarmería que venga.
El barrio es pura humildad, una comunidad Qom que una tarde dijo basta haciendo justicia por mano propia y destruyó las casas de los narcos. Ellos sabían dónde vivían, en realidad todos sabían pero los que debían actuar no lo hacían….
Jesús me da su número de celular pero me advierte que solo le mande mensajes de audios porque no sabe leer Trato de disimular pero me impacta lo que dice. No puedo creer que en pleno siglo XXI, un hombre joven con familia, que vive en un ciudad moderna no sepa leer ni escribir.
El caso Jesús es todo una metáfora de una realidad que se expande peligrosamente por Argentina. Un país donde la droga, la marginalidad y la ignorancia van de la mano pudiéndolo todo. TRISTE…
Algo me dice que por más tropas que lleguen a los barrios será dificilísimo vencer a los narcos. A solo dos días del arribo de los Gendarmes al barrio, llegó el mensaje narco y nos dejó pasmados a quienes hacíamos la cobertura. En un barrio lleno de efectivos IGUAL balearon la casa de un garrafista. ¿ cómo puede ser?
Rosario se desangra, la ciudad muestra dos caras. La moderna del centro y la de la periferia, donde la miseria y la droga hacen estragos. Es un fenómeno que lleva décadas y que la diligencia política local y nacional no vieron. O no quisieron ver. GRAVE.